¿Qué es el Salario Emocional?

Salario Emocional

El salario emocional es un concepto asociado a la retribución de un empleado en la que se incluyen cuestiones de carácter no económico, cuyo fin es satisfacer las necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador, mejorando la calidad de vida del mismo, fomentando la conciliación laboral.

Este tipo de retribución puede actuar como “factor motivador” de los empleados y así mejorar la opinión que los trabajadores tienen de la empresa. Por lo tanto, no se trata de recibir una mayor cantidad de dinero, sino de recibir prestaciones que el trabajador entiende como beneficios más valiosos que una subida de sueldo.

Hubo un tiempo en el que los empleos se medían únicamente por el volumen de ingresos que generaban. Un trabajo era mejor o peor en función de la retribución económica que se recibía por este y, además, en la gran mayoría de los casos, el prestigio de un puesto de trabajo era directamente proporcional a su salario.

Probablemente el primer cambio importante de mentalidad se produjo en el momento en que los profesionales decidieron buscar no sólo un trabajo que estuviese bien pagado, sino un entorno laboral que les resultase satisfactorio y/o gratificante.

A priori, las cualidades por las que un trabajador puede preferir desempeñar una profesión u otra tienen más que ver con sus intereses personales que con un patrón común a toda la sociedad. No obstante, existen una serie de condicionantes relacionados con el entorno laboral que, de forma generalizada, pueden influir en la motivación y en el bienestar de los trabajadores. Estos factores van más allá de la retribución salarial e incluyen aspectos que pueden hacer que la perspectiva de los empleados sobre su trabajo varíe. Nos referimos al llamado salario emocional.

Este salario emocional tiene que ver con la flexibilidad de horarios, con la conciliación de la vida profesional y laboral, con las políticas de motivación e incentivos y con todos aquellos aspectos no económicos que puedan contribuir a mejorar la calidad de vida. De hecho, y a pesar de la crisis económica, los profesionales han dejado de percibir que la nómina es la retribución más importante que pueden recibir por parte de su empresa.

La realidad es que existen otras dimensiones a tener en cuenta a la hora de valorar un puesto de trabajo y son, precisamente, aquellas que tienen que ver con el concepto de salario emocional. Son los departamentos de recursos humanos los que deben asumir el papel de concienciación dentro de las empresas y tratar de implantar nuevas políticas retributivas y de motivación para los trabajadores. Un objetivo que debe llevarse a cabo pensando tanto en la retención del talento como en la captación de nuevos profesionales.

Según el último informe ‘El trabajador del futuro’ realizado por Cornerstone, en colaboración con IDC, en España existe una visión demasiado conservadora de los Recursos Humanos respecto al resto de Europa. En nuestro país, todavía se valoran como las tareas más importantes de estos departamentos las más tradicionales: la administración de los empleados (40%), el procesamiento de nóminas (31%) y el reclutamiento (31%).

Sin embargo, existen otras funciones imprescindibles que dependen del área de RRHH a las que habría que prestar mayor atención, ya que pueden contribuir a diferenciar a una empresa de su competencia.

En primer lugar, los empleados necesitan estar motivados en lo que a su vida laboral se refiere. Es importante que sientan que sus funciones y sus tareas diarias son necesarias, si no imprescindibles. Para ello, es preciso que el equipo directivo muestre su apoyo a la plantilla en los distintos procesos, así como que se implique de manera individual con cada profesional alentándole y valorándole en su papel dentro de la compañía.

De la misma manera, los trabajadores valoran cada vez más que las empresas pongan a su disposición programas de formación o las herramientas tecnológicas necesarias para seguir evolucionando como profesionales. Sin embargo, las empresas españolas todavía no están totalmente concienciadas en muchos de los aspectos que tienen que ver con el salario emocional. La flexibilidad laboral o la aceptación del trabajo desde el hogar sólo se lleva a cabo en un 68% de las compañías de nuestro país, a la vez que la aceptación de la movilidad de los empleados internos es del 86% o el soporte de TI en remoto de un 76%.

En definitiva, cuestiones como el buen ambiente en el trabajo, la facilidad para elegir las vacaciones, los horarios flexibles o la relación con los superiores deben ser materias menesteres para las empresas y las áreas de RRHH, ya que se trata de una forma de ofrecer a los profesionales una retribución adaptada a sus necesidades que, además, contribuye a mejorar su motivación y a aumentar su productividad.

 

¡Nos vemos en proximas entradas!

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Publicado en Buenas practicas, Metodologías, Opinión

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Sobre el autor:

Antonio María Fernández de Puelles de Torres-Solanot

– Ingeniero en Informática de Gestión

– Certificado en ITIL V3

– Certificado en CMMI

– Máster en Business Intelligence, Big Data, Professional Qualification in Management & Leadership

– Máster en Dirección de Comercio Intenacional

– Empresario

– Estudiante de grado en Trabajo Social

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