Hacer negocios conlleva, en gran medida, trabajar con clientes geniales.
Te felicitan por tu trabajo y siempre responden a tus correos electrónicos y llamadas telefónicas con una sonrisa.
La vida es perfecta cuando se trabaja con buenas personas.
Sin embargo, en ocasiones trabajarás con clientes que te molestarán tanto que no merecerá la pena dedicarles tu tiempo.
Puede que no sea culpa suya. Puede que tampoco sea tuya. Es probable que, simplemente, vuestros caracteres no encajen el uno con el otro. Ante esos casos, la mejor opción es alejarse y continuar con nuevos proyectos.
Aquí aprenderás cómo desvincularte de los malos clientes y cortar de raíz la relación que tienes con ellos.
Señal nº 1: Nada les agrada
Las relaciones con los clientes tienen por lo general un gran comienzo. El cliente está muy entusiasmado con lo que le puedes ofrecer y tú estás emocionado porque tienes un nuevo cliente y la posibilidad de generar ingresos adicionales.
Sin embargo, la relación pueden cambiar rápidamente, especialmente si tu cliente no parece estar nunca satisfecho cuando empiezas a presentarle tus proyectos.
Puedes entender esta situación como una señal de que necesitas mejorar tu producto o servicio. Sin embargo, si tienes otros clientes que están satisfechos y felices con aquello que les ofreces, quizá sea más una prueba de que tu nuevo cliente espera demasiado.
Para evitar esta situación desde el principio siempre se puede trabajar para establecer expectativas realistas. Si aun así algún cliente parece estar siempre disgustado, la mejor opción es, probablemente, cortar la relación laboral y centrarse en los clientes que están contentos con tu trabajo.
Señal nº 2: Requiren demasiado tiempo
Algunos clientes requerirán más tiempo que otros. No hay manera de evitarlo. Algunos clientes necesitan mucho más tiempo de soporte y otros servicios que otros clientes.
Y en algún momento no estarás disponible para atender sus llamadas telefónicas o correos electrónicos.
Una vez más, hay que buscar el equilibrio. Tendrás clientes geniales que requerirán tu atención de vez en cuando, pero en algún momento tendrás clientes a los que tendrás que dedicar tanto tiempo que la empresa empezará a perder dinero y no tendrá sentido continuar con la relación.
Establece reglas y requisitos para tu servicio. Si tus clientes no están contentos con los requisitos, deberás cortar los lazos y centrarte en los clientes que estén satisfechos con el tiempo que puedes dedicarles.
Señal nº 3: Presionan para conseguir más
No sé si se trata de la naturaleza humana, pero resulta curioso como muchas personas, después de firmar los términos y cláusulas de un contrato, creen tener la potestad de añadir nuevas condiciones.
Si, pongamos por caso, eres un diseñador de páginas web y tu cliente acepta ciertas condiciones por contrato, no es descabellado ofrecerle la posibilidad de añadir una serie de extras.
Pero en algún momento hay que hacer saber al cliente que vas a cobrar un suplemento por el trabajo adicional.
Si se siente cómodo con eso, entonces tienes un buen cliente. Si se queja, entonces es probable que tengas uno malo que a la larga no será rentable para ti.
Cómo cortar de raíz
Si detectas signos como los que hemos descrito previamente, u otros propios de su personalidad, y quieres detener la relación con un cliente, ten presente que nunca será fácil.
La mejor manera es suprimir toda emoción. Utiliza una comunicación neutra. Puede ser una llamada de teléfono o un correo electrónico.
Explica la situación y deja claro que, en adelante, ya no le proporcionarás ningún servicio más.
No culpes al cliente de la situación. Eso sólo puede provocar su enfado. Explique, simplemente, que la relación laboral no funciona y necesitas seguir adelante con otros proyectos.
Si el cliente ya ha pagado por algún servicio, tendrás que terminarlo necesariamente. Consulta a un asesor legal si tienes alguna duda acerca de la situación financiera y el acuerdo laboral.
El trato con los clientes no siempre es fácil. En su mayor parte sí lo es, pero a veces tendrás un mal cliente.
Cuando esto ocurre, tienes la ventaja de decidir no trabajar para ellos. Céntrate en los clientes que son felices y que te hacen feliz.
Esa guía hará que tu negocio tenga éxito y estarás más contento y con más ganas de trabajar cada día.
¡Nos vemos en próximas entradas!
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