La formación en la empresa surge realmente con la revolución industrial, pero su verdadera importancia se adquiere a medida que las cualificaciones profesionales han ido aumentando, dado los rápidos cambios que se han producido en los sistemas y medios de trabajo, tanto técnicos como de gestión y que han obligado a su aplicación y actualización para conseguir la competitividad.
Son varios los factores a tener en cuenta para adecuar la empresa a los condicionantes actuales mediante la formación, como son:
– La aparición y desarrollo de nuevas tecnologías.
– El desarrollo de las técnicas de gestión.
– El desarrollo y cambios sociopolíticos.
– Los cambios en los métodos de producción.
– El desarrollo de los medios de comunicación.
– La globalización de los mercados.
– Los cambios de los factores económicos.
Ante todo ello, frente a un entorno tan cambiante, desde una perspectiva social, política, económica, tecnológica y organizativa, la empresa está sometida a vaivenes ante los cuales ha de reaccionar para su supervivencia y más concretamente en:
– La situación de la empresa con respecto a las exigencias del mercado
– La existencia de puntos que se consideran como débiles y que afectan al avance evolución y productividad de la empresa.
Estos dos argumentos requieren una respuesta reactiva y preventiva que impulsan la necesidad de la formación para la empresa.
Pero esta imperante necesidad, no nos debe hacer olvidar los beneficios que la formación aporta a los trabajadores, unos directos con base en sus expectativas y mejora profesional y otros indirectos, ya que en ellos repercutirá sin duda la mayor competitividad de la empresa y la estabilidad de su puesto de trabajo.
El resumen de lo anteriormente expuesto se refleja en el siguiente cuadro:
Importancia de la formación | |
Para el trabajador. | · Le ayuda a adquirir conocimientos, destrezas, habilidades.
· Le ayuda va integrarse en su equipo, empresa. · Le ayuda a conocer nuevas tecnologías y formas de trabajar para “mantenerse” y “conservar” su puesto de trabajo. · Le ayuda en su desarrollo personal y profesional (promoción, status, salario…). · Le ayuda en su reconocimiento (ser escuchado, ser valorado…). · Le ayuda a participar en la empresa (mejorar procesos, aportar ideas…). · Le ayuda a mejorar el nivel de eficiencia en su área (mejora de procesos y áreas). |
Para la empresa. | · Proporciona ayuda para satisfacer sus necesidades.
· Proporciona ayuda para consolidar y transmitir la cultura de la empresa y sus objetivos. · Proporciona ayuda para alcanzar mayor nivel de competitividad, productividad, rentabilidad y calidad. · Proporciona ayuda para disponer en los puestos de trabajo de personas capacitadas e integradas en la cultura de la empresa y equipos de trabajo. · Ayuda para adaptarse a los cambios del mercado y del entorno. |
No obstante, siempre encontraremos detractores de la formación, quizás porque su experiencia es negativa, o juzgan a esta como un gasto, como un castigo ante un comportamiento o desempeño negativo, como una forma de pasar el tiempo, o como una forma de pasar el tiempo, o como una forma de justificar la preocupación por los trabajadores.
Pero ante esto debemos estar preparados para demostrar que la formación es una inversión, una forma de detectar objetivos, un apoyo esencial para el cumplimiento del Plan de empresa, así como un medio para mejorar la competitividad y flexibilidad en la empresa y en las personas que en ella trabajan, de efectos a corto, medio y largo plazo.
¡Nos vemos en próximas entradas!
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